«Trazo la última palabra en la última página y ya se divisa la costa africana.
Blancos minaretes de Gamarth, nobles ruinas de Cartago, a su sombra me espera el olvido, hacia ellos deriva mi vida tras tantos naufragios. El saco de Roma tras el castigo de El Cairo, el fuego de Tombuctú tras la caida de Granada: ¿me atrae la desgracia o la atraigo yo a ella?
Una vez más, hijo mio, me lleva este mar, testigo de mis erráticos pasos y que, ahora, te conduce hacia tu primer exilio. En Roma eras "el hijo del Africano"; en África, serás "el hijo del Rumí". Estés donde estés, querran hurgar en tu piel y en tus plegarias.¡Guárdate de halagar sus instintos, hijo mio, y guárdate de doblegarte a la muchedumbre! Musulmán, judío o cristiano, que te tomen como eres o que prescindan de ti. Cuando la mente de los hombre te parezca estrecha, piensa que la tierra de Dios es ancha y anchos Sus manos y Su corazón. No vaciles nunca en alejarte allende todos los mares, allende todas las fronteras, todas las patrias, todas las creencias.
En cuanto a mí, he llegado al final de mi periplo. Cuarenta años de aventuras me han vuelto torpes el paso y el aliento. No tengo ya más deseo que vivir, entre los mios, luengos días apacibles y ser, de entre todos los que amo, el primero en marchar. Hacia esse Lugar postrero donde nadie es extraño ante los ojos del Creador.»
[Final] de León, el Africano (1986) - Amin Maalouf que hoje ganhou o prémio Príncipe das Astúrias.
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